Día 5: Marcus

Marcus, hijo de un adicto a las drogas, ha sido ciego desde que nació. Nació tres meses prematuro, estuvo en un respirador por 6 semanas, y le dieron un 10% de probabilidades de supervivencia. Tiene 31 años.

Marcus trabaja en un Centro AT+T de Retransmisión, donde retransmite llamadas entre personas sordas y oyentes. He aquí como funciona esto:

  1. Una persona sorda o con discapacidad auditiva, que llamaremos Melissa, llama al centro usando su TDD o su computadora.
  2. Melissa escribe el nombre y el número de la persona con la que desea comunicarse, llamémosle Todd.
  3. Marcus llama a Todd y le informa que tiene una llamada de Melissa por medio del Centro de Retransmisión.
  4. Lo que Melissa escribe, Marcus lo lee en su monitor Braille actualizable ALVA, que toma las palabras de Melissa y las convierte a Braille en tiempo real.
  5. Lo que Todd dice, Marcus lo escribe de vuelta para Melissa a la velocidad asombrosa de 110 palabras por minuto.

Ni Melissa ni Todd saben, ni les importa, que Marcus es ciego. La única indicación es el sonido amortiguado de las clavijas del ALVA saltando de arriba a bajo, como el clack-clack de una distante máquina de escribir manual.

No hay enlace de ningún tipo entre los ojos y el cerebro de Marcus. A pesar de esto, el se queja de dolores de cabeza cuando los rayos del sol entran por la ventana cercana a su cubículo, y cierra las persianas cada tarde.

Marcus también usa el ALVA en casa, donde usa su navegador de texto Lynx en una ventana en DOS que ocupa toda la pantalla. Lee el Internet en casa prácticamente de la misma forma en que lee sus llamadas en el trabajo: en Braille, una línea a la vez. Odia los programas de lectura de pantalla, y no podría escucharlo aunque lo tuviera, ya que siempre tiene la radio a todo volumen desde el momento en que llega a su casa hasta el que se va a dormir.

También habla por teléfono mientras escucha la radio y navega por la Internet. Habla con 100 personas en una semana. El no tiene la menor idea de que esto es algo inusual. Si ha jugado el juego "seis grados de separación", buscando vínculos entre usted y cualquier persona del mundo, Marcus seria uno de sus seis grados. Es una de estas personas que genera hablar, de la que los mercadologos creen que pueden engatusar pero nunca pueden. El es la razón por la que su compañía telefónica ya no ofrece planes de llamadas locales ilimitadas. Le encanta decirles a sus amigos acerca de los sitios que ha visto. Intencionalmente usa la palabra "visto" porque sabe que los hace sentir incómodos.